En la Asamblea General Anual de Abolition 2000 realizada en Edimburgo de 2013, los participantes aprobaron el siguiente llamado para una prohibición global de la minería de uranio:
Recordando la Declaración de Moorea de 1997, asumida por la conferencia de Abolition 2000 en la misma isla, Te Ao Maohi (Polinesia Francesa), en la que se reconoció que “Los pueblos indígenas y colonizados han sufrido, en gran medida, los mayores daños de esta devastación nuclear, desde la extracción del uranio y la realización de ensayos nucleares en tierras indígenas, hasta el vertido, almacenamiento y transporte de residuos nucleares y de plutonio, junto con el saqueo de sus tierras para montar la infraestructura nuclear,” apelamos a todos los gobiernos, locales y nacionales, para prohibir permanentemente la minería de uranio dentro de sus territorios y prohibir tanto la importación como la exportación de uranio.
Sin el uranio, los reactores nucleares no podrán operar; sin el uranio, el plutonio no se podrá producir; sin el uranio o el plutonio, la producción de armas nucleares no será posible. Cortar la reserva de uranio demostrará las contradicciones intrínsecas de la entera cadena nuclear, y, finalmente, reducirá la disponibilidad de materiales físiles que se convierten en armas de destrucción masiva. Todos los stocks existentes se deberán inutilizar y guardar de manera segura.
Todas las etapas de la cadena nuclear, desde la minería hasta la producción de energía, las pruebas y depósito de desechos, expone a las poblaciones en los alrededores a radionúclidos mutagénicos extremadamente longevos que pueden llevar a defectos de nacimiento, cánceres y otras enfermedades devastadoras.
Rechazamos la contaminación permanente de nuestra agua, tierra y aire para que unas corporaciones millonarias, altamente subvencionadas, puedan sacar provecho a corto plazo.
Adoptado por los participantes de la Reunión General Anual de “Abolition 2000” en Edimburgo, Escocia, 17-18 de Abril de 2013.